
¡CONFIESA!
Al fin, el momento de la libertad. Es la hora mágica de la recogida a la salida del colegio. Nuestros queridos retoños han sobrevivido una vez más al madrugón, a nuestras prisas por evitar llegar tarde (ellos van tranquilos, la clase no va a ninguna parte), al profe que considera que la disciplina positiva es para modernos y a ese plato del comedor con ingredientes verduzcos que no es algo que nadie pediría para celebrar su cumpleaños. Entonces, deseosos ellos de compartir sus aventuras, intervenimos nosotros con toda nuestra buena intención.
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